De noche todo es mas claro me dijo,
todo es mas "visible" agregó riendo.

El camino era largo, llevábamos 3 horas en él, y apenas abrió la boca. De noche todo es mas claro. No respondí nada, las piedras que se cruzaban por mis pies eran invisibles a mis ojos, nada de luz.

Qué pasa muchacho, dijo el ciego, no vas a hablar?, yo solo pensaba cómo, intentaba ver las palmas de mis manos con la poca luz que me brindaban las estrellas, el camino no era mas que polvo , tierra fina que se levantaba con el aire para cubrirnos el cuerpo y a algunos los ojos.

Seguí observando las palmas de mis manos sin detenerme, las acerque lo mas que pude a mis ojos, aún estaban ahí, esas líneas que condenan.
Caí de pronto, mi cabeza fue a dar al piso sin escala, el polvo se levanto y el silencio del lugar se calló aún mas, de fondo, muy tenue, escuchaba la risa del ciego que me extendió la mano y me levantó.

Me detuve, nos detuvimos, y salí del camino; él me siguió mientras reía, las carcajadas viajaban hasta esfumarse en el desierto oscuro y dormido, Muy bien , creo que vas entendiendo me dijo, y caminamos , sin caminos, nuestra alma sabia a donde íbamos, nuestros pies no.
Andubimos un oco más, él ciego me detuvo y dijo, siéntate es aquí, extrañado deje caer mi cuerpo sobre la tierra, junto a mí un cactus. Llegó un hombre y me dijo, cierra los ojos, sacó un machete que brillaba aun con la ausencia de luz, cerré los ojos, podía ver a través de mis párpados, extendí mis manos.

La sangre comenzó a correr, yo sonreí, todos reímos alegres, libres , ajenos
Las líneas de mis manos ya no estaban ahí, ni el camino, ni las estrellas.
De noche todo es mas claro, me dijo de nuevo.