A quien se fué.


Si pudiera correr junto a ti tal vez no estaría tan feliz,
si simplemente no tuviera un corazón cansado aún tendría las fuerzas para volar, porque se que se puede volar... aun sin alas.

No es que estés lejos, esta vez no es la distancia ni mucho menos, esta noche solo la vida me separa de ti, no estas lejos, no estás.
No voy a llorar, las lágrimas en lata aún no las venden sin receta médica, aunque un corazón desangrando podría bastar para que me fiaran unas cuantas.

Prendí el televisor esperando ver un cardio-calentador en venta, y no, solo miel y nada de amor espinado, falacias y engaños, gente sonriendo y corazones alegres, corazones de fomie, chocolate, caramelo y hasta grabados en drogas sintéticas; pero ningún corazón de sangre de dolor o al menos de carne.

Apagué el televisor, tomé una pastillas para dormir y dos para no soñar, simplemente no te quería ver más, te besé los labios, ya dormías, me quite el anillo, lo guardé, volví a besarte, cerré los ojos y te tiré de la cama sin pensarlo dos veces... ya era un mes de tu muerte , ya era hora de que me dejaras estirar mis piernas.

2 comentarios:

Mariela Alatriste dijo...

Yo también ya lo tengo que tirar de la cama. Me encantó lo de corazones de fomie; me llegó, me llegó.

Anónimo dijo...

es que hoy recorde extrañarte,
senti la pulsante necesidad de ti.
y tú//
caiste nuevamente de la cama.

jajaja

paz!

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